La diferencia fundamental está en el objetivo.
En la meditación no hay objetivo. La meditación es la unidad o vacío, es el intento de crear un escenario lo más apropiado posible para un encuentro con el ser, con la energía universal, a sabiendas de que solo la rendición mediante la aceptación total, es la única posibilidad de comprender y vivir en el presente absoluto.
En el chi kung, sí hay objetivo. El chi kung es la dualidad, el cultivo de comprender el movimiento mediante la experimentación. Es movimiento que como contrapunto nos da la conciencia del vacío.
El chi kung puede practicarse como meditación, sin embargo toda intención que no sea la pura atención lo aleja del vacío de la meditación para situarse en la frontera que une la dualidad del ser humano con la unidad del ser.
La conciencia de lo dual se convierte en intención y la intención mueve el chi y el chi mueve el cuerpo.
El chi kung es un canal que hace de puente entre la energía universal y la energía del ser humano. La conexión entre el cielo y la tierra que dicen los taoístas.
¿Te interesa la iluminación? Para, siéntate y medita todos los días.
¿Te interesa el ser humano? Muévete en la quietud y párate en el movimiento y estarás haciendo Chi kung.
¿Te interesan los dos? Práctica los dos.