30127004_2026078250799185_6156423306088554181_nEsta semana he tenido dos discusiones. Una sobre lenguaje inclusivo y la otra sobre la esencia que tiene cada persona desde el punto de vista de la medicina china. En ninguna de las dos he conseguido explicar que para mi, no es cuestión de tener razón, sino de ser conscientes hacia donde nos lleva la inercia que estamos creando.

Cuando uno defiende su creencia como la verdad, como ALGO QUE HAY QUE HACER, (TENGO QUE, DEBO HACER…) la inercia que se crea es inamovible.

Y esto me lleva a explicar la atención que hay que poner en la práctica sobre cual es el motor que mueve nuestra práctica.

El motor es la diferencia entre hacer la práctica con fuerza de voluntad o con perseverancia. La diferencia entre: entrar a la práctica con curiosidad y con actitud de investigación o con expectativas, deseos y objetivos concretos.

La diferencia entre sugerir o imponer puede llevar a los mismos resultados a corto plazo, pero a largo plazo el desgaste será mayor y más rápido cuando se utiliza la fuerza en lugar de la inercia (la adaptación).

El ciclo de un logro que se va adquiriendo suavemente y poco a poco hasta que se integra en nuestra vida, siempre será más largo que el que se adquiere con fuerza y rapidez, porque en el mundo de la dualidad, de lo individual y lo colectivo como si fueran dos cosas diferentes, las resistencias nunca desaparecen del todo y la fuerza de voluntad desgasta más que la perseverancia, con lo cual en el momento en que flaquee mi fuerza de voluntad, las resistencias van a surgir igual de rápido que al imponerlas.

Todo esto, claro está, si es que partimos de la  creencia que todo es cíclico y que la armonía es un círculo donde todos los puntos del círculo tienen la misma importancia.

Para el movimiento hace falta un punto fijo sobre el que establecer el movimiento, por lo tanto considerando cada un círculo como un punto comprimido, lo que más nos interesa en la práctica es la expansión que sería lo mismo que relajar. Cuando a una esponja dejas de apretarla se expande. Así mismo nuestro cuerpo y nuestra mente.

No creo que para la humanidad sea posible vivir sin ningún tipo de creencia. Lo mismo que tampoco creo posible,  vivir con una sola creencia. Es la biodiversidad la consecuencia de la expansión y la que asegura la supervivencia como genero.

De ahí la importancia del trabajo colectivo y el esfuerzo o empatía por tratar de comprender que lo individual no puede existir sin lo colectivo.

Aunque es perfectamente posible vivir sin ningún tipo de creencia, las plantas lo hacen (creo), desde la sinceridad con uno mismo podemos crear un punto de partida para iniciar la investigación sobre los demás y nuestro vínculo con ellos.

La sinceridad de reconocer el lugar en el que en este momento estamos  y abrirnos a sentir el afuera, sintiendo como estamos en nuestro interior respecto al afuera.