Un día, un alumno perezoso que sabía que al maestro Han le gustaba contar historias, durante la clase de matemáticas le hizo una pregunta con la intención de ahorrarse hacer los ejercicios.
-Maestro Han: ¿Qué es mejor, sumar o restar?
-Interesante pregunta.
Y tal como el alumno había previsto, el maestro empezó a divagar. Sin embargo, cuando el alumno adormilado más a gusto estaba, al punto casi de dormir, satisfecho por su estratagema para no estudiar, le cayó la pregunta:
-¿Tú que preferirías, sumar o restar?
-No sé, umm… quizás sumar. Pero ¿Sumar qué?
Hay quien dedica toda su vida a sumar:
Sumar casas, coches, dinero, poder, trabajo, conocimiento… y en ese sumar y consumir, comprar, trabajar… se les va la vida. Y entonces, una vez muertos, de qué les ha servido toda esa suma si no la han compartido. Si no lo han disfrutado. En ese sumar se les ha olvidado vivir.
… Bueno, no. Así no. Me gustaría sumar pero yo compartiría.
-Ya. Entonces lo que te gustaría es restar. Para compartir hay que restar.
Hay quien dedica toda su vida a restar, a vaciar.
Se retiran a meditar y empiezan por abandonar la sociedad. Siguen retirándose y renuncian a los amigos, la familia, la pareja,
Hasta que vacían su mente, sus deseos, su personalidad, y en ese aislarse del mundo para lograr la unidad se les va la vida. Y entonces, una vez muertos, de qué les ha valido ese restar si mientras tanto no han compartido la sabiduría que proporciona la unidad. Si no han sido capaces de unirse a aquellos que compartían sus vidas.
…Bueno, ya, pero yo no lo restaría todo. Me gustaría tener una familia y compartir mi vida con ellos.
En definitiva, te gustaría tener, o sea sumar. ¿En que quedamos? ¿Te gustaría sumar o restar?
-Pues, las dos.¡Claro!
-Entonces, te devuelvo la pregunta ¿Qué es mejor, sumar o restar?
Yo era aquel alumno que quiso reírse de la inocente charlatanería del profesor. Por aquel entonces se me hizo un colacao la cabeza durante una semana. Luego se me pasó.
20 años después me surgió nuevamente la pregunta y después de haber vivido algo creo haber encontrado la respuesta:
hay que sumar para poder restar: compartir
hay que restar para poder sumar: compartir
Compartir es vivir buscando el equilibrio.
Vivir es sumar y restar en constante desequilibrio.