Estimada Caro:
hace algunos días, paseando por los bosques de otoño llegué a un claro donde estaba un pastor sentado a la puerta de una borda de montaña.
Disfruté oyendo la narración de un modo de vida casi en extinción.
Este pensamiento me llevó a hacerle la siguiente pregunta: ¿ Por qué había decidido aislarse del mundo?
La respuesta me dejó perplejo y todavía trato de comprender la historia que me contó.
Te la transcribo con la esperanza de que desde tu comprensión del ser humano puedas ayudarme.
“ Este retiro es sólo temporal. Yo no llevo toda mi vida de pastor. Durante mucho tiempo fui un clásico trotamundos que trabajaba lo justo para poder viajar. Me dedicaba a escribir artículos sobre todo tipo de maestros y Gurus que pueblan este planeta.
Hasta hace 9 años cuando encontré a 2 hermanos. Vivían en la misma ciudad.
Él era un gurú de inteligencia emocional. Me acerque a él por una declaración que le oí en la radio: “Me gusta la gente que siempre te habla en positivo, aunque me mientan”
Cuando fui a entrevistarle, resultó ser uno de esos maestros que proclaman y glorifican la naturaleza divina del hombre. Creía fervientemente en el potencial infinito del hombre debido a su naturaleza divina como una parte de Dios. Dios está en todas partes, en todos los seres. Está en ti. Por ello todos tenemos una naturaleza divina que nos permite conseguir todo lo que queramos. Sólo tenemos que creerlo y sucederá.
Hasta aquí la entrevista no había aportado nada nuevo ni especial, que no hubiese oído antes.
Fue entonces cuando apareció su hermana. La cara amoratada y llorosa. El guru despachó a su hermana y me pidió perdón por la interrupción.
Su hermana no era capaz de aplicar los principios de su filosofía, me dijo y luego paso a describirme todos sus logros y lo sencillo que era y que todo estaba a mi alcance. Me explicó como primero se ayudo a si mismo, como primero se quiso a si mismo para poder luego ayudar a los demás y todo le había ido llegando. Su casa, sus riquezas, el centro donde trataba a sus pacientes que le veneraban por su clarividencia.
Salí de allí con esa sensación amarga de vuelta a lo mismo: un erudito, egoísta y narcisista que conseguía autovenerarse y autoalimentarse ayudando a los demás, sin embargo despachaba a su propia hermana destrozada con un escueto “luego hablamos”.
No pude resistirme y unos días después investigué a su hermana y descubrí que era una mujer maltratada. Su ex marido a pesar de la orden de alejamiento la acosaba y golpeaba cada vez que el alcohol llegaba a ciertos límites.
La entrevisté con la excusa de que me hablara de su hermano gemelo y descubrí la bondad personificada.
Ella trataba de hacer como su hermano. Pensar en positivo. Creía en la naturaleza divina de las personas y buscaba su lado positivo. Trabajaba de asistenta social y no era una guru, pero cuando hablaba de su manera de poner en práctica el perdón ningún gurú que hubiese entrevistado antes le superaba.
Pasaron 3 semanas y cuando aún no había conseguido darle forma al artículo, leí la noticia. Los dos hermanos habían muerto el mismo día pero en lugares diferentes
Más adelante me enteré de los detalles.
El estaba paseando por un parque nacional con un discípulo cuando se les apareció un oso. “-Tranquilo los tres somos parte del mismo ser, no debemos mostrar temor y se ira en paz” El discípulo salió corriendo y resultó que el oso había sido herido por un furtivo y estaba furioso y lejos de seguir su camino mató al maestro.
Ella estaba asistiendo a una anciana que le recomendó que llamara a la policía cuando lo vio. Ella le contestó que había que perdonar y al cabo de dos horas su ex marido borracho perdido, la mató.
A partir de aquel día me retiré a esta cabaña y cuido de mis ovejas tratando de descubrir si es posible vivir mi naturaleza divina sin morir.
Porque lo que tengo claro es que los dos, en el último momento olvidaron vivir su naturaleza humana.
Lo que no tengo claro es si fueron conscientes de que a lo largo de su vida probablemente su único acto divino fue morir”.