Tao

el otro

Tengo 42. Acabo de despertar y esta no ha sido una noche cualquiera.

“Escaleras de todo tipo  que suben y bajan sorteando innumerables muros en un laberinto que conduce a una montaña que alberga una torre en el horizonte, un anciano custodia una biblioteca”.

Este ha sido el último sueño que recuerdo de esta noche. Debajo de la almohada una pregunta, en un papel escrita. En el sueño está la respuesta una vez más.

Hace ya un año que experimento con soñar para otros. Esta noche la pregunta era de la amiga de una amiga a la que yo no conocía.

La respuesta está escrita.

¿Será correcta la respuesta?

No conozco a la persona.

¿De donde me llega la respuesta?

Desde su subconsciente al mío. Del subconsciente colectivo.

Demasiadas coincidencias para ser casualidades o ambigüedades. ¿Quién ha viajado por mi mente esta noche?

No estoy sólo. En mi mente compartida se ha grabado un nuevo mensaje, una certeza inexplicable.  Todos somos parte de un todo infinito.

Acabo de descubrir al otro , a los otros. Están ahí y son yo también. Espejos de espejos que se reflejan infinito.

El encuentro con el otro en ese espacio compartido que no dejo de ser yo.