No es el Chi kung. Es la fe, entendida como destino.
¿Qué quiere decir esta frase?
Quiere decir que si llevas la práctica del chi kung a su máximo potencial estarás en el camino de la conciencia.
Si la práctica del chi kung te lleva más allá de los fuegos artificiales de manejar y manipular la energía sutil a tu antojo.
Si la práctica te lleva hacia el sentir la energía universal circulando por tu cuerpo, estarás aceptando la idea de algo superior a ti y esa aceptación será una muestra de que no hay nada que sanar, que no hay bueno ni malo. La enfermedad e incluso la muerte son una interpretación de tu mente y por lo tanto relativas.
Ser y solo ser es la única realidad que no se puede interpretar y no se puede elegir.
En la aceptación la sanación está asegurada.
Por otro lado si la conexión con la energía es puntual y esporádica, estarás jugando dentro del ámbito de lo dual y ahí, dependerá de tu fe en lo que creas o te hagan creer, para que el chi kung “funcione”, sane o no.